“Roma no se construyó en un día, pero ponían ladrillos cada hora. Solo hay que poner un ladrillo. Así es como se construye un imperio.”
James Clear.
Esta frase es un recordatorio poderoso: lo que haces cada día, por pequeño que parezca, tiene un gran impacto en tu vida. Los hábitos son esos pequeños ladrillos que colocas uno tras otro, y que con el tiempo forman la base de todo lo que construyes. No necesitas grandes cambios de golpe, solo empezar hoy con una acción concreta.
Tus hábitos diarios, desde levantarte temprano o cuidar tu alimentación, hasta organizar tu tiempo o encontrar momentos para ti, influyen directamente en cómo te sientes y en lo que logras. A largo plazo, son ellos los que marcan el rumbo de tu vida. Si cultivas la constancia, la disciplina y el autocuidado, estarás construyendo una base sólida para alcanzar tus metas. Pero si repites hábitos como postergar, descuidarte o dudar de ti misma, puedes limitar tu crecimiento y sentirte estancada.
¿Qué es un hábito?
Un hábito es una conducta que repites con frecuencia hasta que se convierte en automática y forma parte natural de tu rutina. Con el tiempo, la realizas sin esfuerzo consciente, lo que te permite ahorrar energía mental y enfocarte en otras tareas que requieren mayor atención. Estos comportamientos, que pueden ir desde acciones simples como hidratarte al despertar hasta hábitos más complejos como organizar tu tiempo, tienen un impacto directo en tu bienestar. Al integrarse en tu vida diaria, los hábitos hacen que todo sea más sencillo, te ayudan a mantener el equilibrio y te acercan, poco a poco, a la vida que deseas construir.
Ahora te preguntarás: ¿Cómo se forman los hábitos según la ciencia?
Los hábitos se forman porque el cerebro busca ahorrar energía y convierte en rutina todo lo que repites con frecuencia, sin distinguir entre buenos o malos. Cada vez que repites una acción, tu cerebro crea una ruta neuronal, facilitando que la acción se vuelva más automática con el tiempo. Es como caminar por un sendero: mientras más lo usas, más fácil es transitarlo. Así, puedes elegir conscientemente qué hábitos mantener, cambiar o reemplazar para construir la vida que deseas.
De acuerdo con estudios neurológicos y psicológicos, es posible modificar los hábitos, y para lograrlo, es clave entender cómo funcionan. Para formar un hábito, hay tres pasos fundamentales:
- Señal: Un estímulo que activa tu cerebro y te recuerda realizar el hábito. Por ejemplo, cuando escuchas la alarma por la mañana, esa señal te recuerda que es hora de levantarte.
- Rutina: En respuesta a esa señal, tu cerebro activa una acción automática. Por ejemplo, te levantas y haces ejercicio durante 10 minutos, sin tener que pensarlo mucho porque ya se ha convertido en parte de tu rutina diaria.
- Recompensa: Después de completar la rutina, sientes una sensación de logro, como energía renovada o satisfacción por haber cumplido con tu objetivo. Esta recompensa refuerza el hábito y te motiva a seguir repitiéndolo cada día.
Así, al comprender cómo funciona este ciclo, puedes trabajar de forma consciente para crear nuevos hábitos que te acerquen a tus metas.
El proceso se repite, y con el tiempo, el comportamiento se convierte en un hábito automático, más fácil de realizar y cada vez más arraigado en tu rutina diaria.
Esta secuencia de señal, rutina y recompensa es clave para entender cómo se forman y mantienen tus hábitos.
Al identificar conscientemente estos pasos en tu día a día, podrás comprender mejor tus propios comportamientos y, si lo necesitas, modificar o adoptar nuevos hábitos. La clave está en ser consciente de ellos y tomar acción deliberada para influir en tu ciclo de formación de hábitos, creando aquellos que realmente te ayuden a avanzar hacia la vida que deseas.
Cada pequeño paso que tomas hoy es una semilla para el futuro que deseas construir. Como dice James Clear, "Roma no se construyó en un día, pero ponían ladrillos cada hora". Así es como se construye una vida plena: con cada hábito que decides cultivar. No necesitas cambios grandes, solo empezar con algo pequeño hoy mismo. Con cada hábito que elijas, estarás un paso más cerca de la vida que quieres. ¡Cada ladrillo cuenta y tú estás construyendo tu imperio!
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